La regulación emocional a través del cuerpo
Irene Pellicer Royo – neuro.motion.es
El abordaje de la dimensión emocional a partir del cuerpo y el movimiento surge de la propuesta de educación emocional del catedrático de Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona, Rafael Bisquerra (2000), el cual, afirma que los aprendizajes que se retienen y perduran en el tiempo son aquellos vinculados con una emoción y ello se da con mayor facilidad cuando estos aprendizajes son vivenciales.
Hoy en día el cuerpo debe de tener un lugar privilegiado al abordar el aprendizaje de la gestión del mundo emocional. Esta oportunidad no se puede eludir, ya que son herramientas de gran poder tanto para conseguir mejores resultados en la esfera del rendimiento deportivo, como para aumentar el bienestar y el disfrute de la experiencia motriz en la esfera del ocio.
La persona siente, de hecho no puede evitar sentir (Conangla y Soler, 2003), y es justamente en el cuerpo donde se plasma esta experiencia emocional. Esto queda claramente reflejado en un estudio llevado a cabo por la Universidad de Aalto, en Finlandia (Nummenmaa, Glerean, Hari, y Hietanen, 2013), el cual pudo mostrar cómo la vivencia emocional se refleja en el cuerpo. En este se atiende, principalmente, a la variable de la temperatura corporal y se aprecia cómo cada emoción se expresa en una zona concreta del cuerpo. Otro hecho a destacar es que se pudo concluir que la experiencia emocional en las personas es universal, debido a que la vivencia es muy similar independientemente de las variables: sexo y procedencia de las personas.
La persona siente, de hecho no puede evitar sentir (Conangla y Soler, 2003), y es justamente en el cuerpo donde se plasma esta experiencia emocional. Esto queda claramente reflejado en un estudio llevado a cabo por la Universidad de Aalto, en Finlandia (Nummenmaa, Glerean, Hari, y Hietanen, 2013), el cual pudo mostrar cómo la vivencia emocional se refleja en el cuerpo. En este se atiende, principalmente, a la variable de la temperatura corporal y se aprecia cómo cada emoción se expresa en una zona concreta del cuerpo. Otro hecho a destacar es que se pudo concluir que la experiencia emocional en las personas es universal, debido a que la vivencia es muy similar independientemente de las variables: sexo y procedencia de las personas.
Figura 1. Mapa corporal de las emociones (L. Nummenmaa, E. Glerean, R. Hari, J. K. Hietanen, 2013).
La expresión de la vivencia emocional en el cuerpo no se queda en la variable de la temperatura corporal, llega mucho más lejos, puesto que afecta a todo el cuerpo: aumenta o baja la frecuencia cardíaca y respiratoria, modifica la tensión muscular y arterial y cambia la química cerebral.
De hecho, cuando se siente una emoción esta llega inicialmente a una zona concreta del cerebro, la amígdala. Posteriormente, llegará a la corteza prefrontal, que es la zona del cerebro que permite entender la vivencia emocional. En cuanto la emoción llega a la amígdala (gracias al hipotálamo, que es el que prepara y permite al cuerpo actuar) comienza la reacción corporal (Casafont, 2014). En función de la emoción concreta que se viva, el cerebro liberará una serie de neurotransmisores u otros.
De hecho, cuando se siente una emoción esta llega inicialmente a una zona concreta del cerebro, la amígdala. Posteriormente, llegará a la corteza prefrontal, que es la zona del cerebro que permite entender la vivencia emocional. En cuanto la emoción llega a la amígdala (gracias al hipotálamo, que es el que prepara y permite al cuerpo actuar) comienza la reacción corporal (Casafont, 2014). En función de la emoción concreta que se viva, el cerebro liberará una serie de neurotransmisores u otros.